Entendemos al cine como una práctica privilegiada de la cultura contemporánea. Un film está constituido por un gran número de imágenes fijas, llamadas fotogramas, dispuestas en serie en una película transparente que, al pasar rápidamente por un proyector, da origen a una imagen ampliada y en movimiento.
El cine produce un discurso: el discurso cinematográfico, fundado sobre el lenguaje de la imagen en movimiento que se concreta en una película y se convierte en objeto de otros discursos que lo explican, lo evalúan, analizan y critican.
En tanto se habla del cine en la conversación cotidiana, se transforma al cine en espectáculo. Éste fue definido como arte ya en 1911 por Ricciotto Canudo, uno de los primeros teóricos del campo del cine. La estética del cine es el estudio del cine como arte. Implica una concepción de lo bello, el gusto, el placer. La aparición del cine es de fines del siglo XIX como "atracción de feria" destinada a atraer y entretener al público.
Ya desde sus comienzos, pero especialmente desde el final de los años 1910 y 1920, se diferenció de las ideas de simple comercio al recibir la influencia de las vanguardias artísticas: el expresionismo alemán, el futurismo, el surrealismo, movimientos artísticos que impactaron en las maneras de hacer y producir discursos cinematográficos. Si en su origen el cine mudo se asemejó y diferenció del teatro, su desarrollo lo fue vinculando con la plástica y la música.
El afianzamiento del desarrollo fílmico se produce por la producción emanada en Hollywood, Estados Unidos, a fines de la Primera Guerra Mundial. La sociedad de masas empezó a copiar a las estrellas cinematográficas como modelos y generadoras de modas. Se despliegan adaptaciones cinematográficas de obras literarias y se alienta la industria discográfica a partir de la música de las películas. Podemos entender, desde esta perspectiva, al cine como industria cultural del espectáculo. Se la asocia a la televisión porque comparte con ella el modo de percepción pero, se diferencia por el espacio de recepción, en tanto en el cine el espacio es público y en la televisión es privado.
En la medida en que el cine es un medio de comunicación en el que se trasmite un mensaje, podemos reconocerlo privilegiadamente como medio potente para la enseñanza. Concebido como medio lo inscribimos en el campo de la Tecnología Educativa entendiendo que este campo es un cuerpo teórico disciplinar en el que se inscriben propuestas de acción para la enseñanza, que incorporan todos los medios a su alcance para la prosecución de los fines de la educación, en los diferentes contextos sociohistóricos que le otorgan significación. Desde esa perspectiva, el cine será utilizado en el aula, serán resignificadas sus propuestas y mensajes en el marco de los objetivos de las diferentes acciones docentes, acordes con los fines y en los contextos tanto curriculares como sociales y culturales amplios.
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